REAL HERMANDAD DE DAMAS Y CABALLEROS DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN CORONADA. Un paso.

 

Basílica de Nuestra Señora del Carmen CoronadaTemplo:

Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada. La Basílica del Carmen Coronada es una iglesia y convento pertenecientes a la segunda mitad del siglo XVII. Se encuentra en el barrio de San Dionisío, en Jerez de la Frontera.

Los carmelitas al llegar a Jerez se asentaron en un priorato de los padres benedictinos, que éstos le cedieron en 1587. En 1600 la ciudad les dio unas caAzulejo de la Virgen del Carmen (Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada)sas, donde estaba la Pescadería Vieja.

Son los primeros religiosos que fundan dentro de la muralla y en el mejor sitio, porque eran muy frecuentadas las plazas de Escribanos, Plateros, Sombrereros, Berceros y Pañeros.

La primera capilla, dedicada a Nuestra Señora de Loreto, perteneciente a la antigua Hermandad de Pescaderos, que levantan los carmelitas pronto resulta pequeña. La destruyen y alzan otra nueva que se bendijo con grandes fiestas el 19 de noviembre de 1727. Esta iglesia es Basílica Menor desde 1967. En los años 1878 y 1880 sufrió una importante restauración a cargo del ingeniero Federico Rivero, el pintor José María Rodríguez de Losada y el decorador Ramón Orellana.

La portada principal barroca que data de 1731. Cuenta con una decoración profusa, destacando los arcos, las pilastras, las columnas corintias y jarrones de piedra. En la hornacina se aloja una imagen de la Virgen del Carmen. A través de ella se accede al interior, de planta cuadrangular, formado por tres naves y en el ábside se alza el retablo mayor. Éste se realizó a finales del s. XIX. Cuenta con las imágenes de San Ángel y San Alberto y un gran lienzo donde se representa el Rapto de Elías en el Carro de Fuego. En su parte central se encuentra el camarín de la Virgen del Carmen, del siglo XVIII.

Junto se encuentra el Museo Carmelitano de la Provincia Bética donde se conservan un importante número de ornamentos, esculturas y una gran cantidad de pinturas obras realizadas durante los siglos XVII, XVIII y XIX.

El órgano fué realizado por Francisco de Paula Romero en 1894. El púlpito es una pieza barroca de la segunda mitad del siglo XVIII.

Entre los tesoros que se encuentran en el templo destacan un cáliz de plata (del siglo XVI), otro cáliz de plata sobredorada (del siglo XVII), el ajuar de la Virgen del Carmen (de la segunda mitad del siglo XVIII), el manto de la Virgen del Carmen, diseñado por el arquitecto Bartolomé Ferrá (del año 1906), el paso procesional de la Virgen del Carmen labrado por el orfebre Emilio Landa (1943) y la corona de la misma con oro, rubíes, esmeraldas, ágatas, perlas y brillantes, del joyero José David.

Como hecho histórico para el Templo, el 23 de abril de 1925 tuvo lugar la Coronación canónica de la imagen de la Virgen del Carmen, con presencia de Miguel Primo de Rivera, los reyes Alfonso XIII de Borbón y Victoria Eugenia de Battenberg, los Príncipes, además de los Ministros del Gobierno. La coronación tuvo lugar en el parque de Jerez "González Hontoria". (Localización en Google Earth).

Iconografía:

En su único paso, la imagen de la Santísima Virgen del Carmen.

Paso de Nuestra Señora del Carmen CoronadaÚnico Paso:

La imagen de la Santísima Virgen del Carmen consta que vino de Sevilla, porque los carmelitas que llegaron a Jerez para fundar en el año de 1586 procedían de SeNuestra Señora del Carmen Coronadavilla, y era costumbre en la Orden del Carmen, al proceder a una nueva fundación, que los religiosos llevasen consigo una imagen de la Virgen, en su advocación del Carmen. Fue traída por el primer Prior nombrado en Jerez, Fray Diego de Gabriel, eximio predicador.

Se intensifico al culto hacia ella en el año 1635 con motivo de un milagro que obro en la Especería (así se denominaba al entorno de la Iglesia y Convento del Carmen de Jerez) y ya gozaba de gran devoción esta imagen, cuando los Carmelitas solamente llevaban establecidos en este lugar treinta y cinco años y solo unos cuarenta en Jerez.

La imagen mide 1,75 metros de alto. En su origen fue de “candelero”, pero entre las diversas reformas que acusa la imagen está el haberla transformado en talla con motivo de la Coronación Canónica, cambio que realizó el artista valenciano Carmelo Vicent.

En 1997, se realizó un importante trabajo de reforzamiento de las estructuras internas de la imagen. También aunque levemente, se ha retocado la policromía de la imagen en zonas puntuales, y se ha hecho una limpieza selectiva, tendente a eliminar excesivas acumulaciones de suciedad concentradas fundamentalmente en los brazos y en la cara de la imagen del Niño Jesús. Este proceso de restauración ha sido realizada con verdadera competencia por Agustín R. Pina Calle, conservador-restaurador, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla.

La imagen lleva en su mano izquierdo, un precioso Niño, atribuido a Luisa Roldán (la Roldana), hNiño Jesús (Nuestra Señora del Carmen Coronada)ija y discípula del gran artista sevillano Pedro Roldán. En la mano derecha porta un bonito cetro florecido, teniendo a sus pies una hermosa media luna. Anteriormente, la imaNuestra Señora del Carmen Coronadagen usó ráfaga o halo con una enorme media luna, todo de plata. Esta ráfaga se conservó hasta el año 1941, que se derritió y empleó en la construcción del “paso” actual de la imagen, que está revestido de plata repujada.

En esta Sagrada imagen se resalta de manera especial dos de los atributos marineros: Reina y Madre, porque refleja en su rostro y actitud la gloria y el amor. Cantan la gloria el manto de oro, la corona de oro y piedras preciosas, la hermosa cabellera extendida como caudal de luz sobre sus espaldas y el trono de nubes y ángeles que lo sostienen, y las guirnaldas de nubecillas, suaves, aéreas, vaporosas sembradas de serafines, que, al mismo tiempo que la circundan, parecen esfumarse y perderse en los aéreos mosaicos de la cúpula de su camarín. Gloria dice la mayor de sus glorias, la gloria de la maternidad divina, ese Niño, Hijo de Dios e hijo suyo, que en el brazo izquierdo sostiene y estrecha sobre su corazón.

Pero también canta amor. Amor canta su cabeza, suavemente inclinada hacia abajo para mejor escuchar las plegarias de sus hijos de la tierra. Amor canta su cara de Reina, de Virgen y de Madre, inspirando confianza a cuantos la miran, obligándoles con atracción indescriptible a postrarse en su presencia. Y amor canta su Escapulario; escapulario que el Niño ostenta en sus manos, porque Él es el autor de toda gracia, y que muestra también María por haber sido ella el acueducto que llevó a la tierra aquella misericordia divina.

Marchas procesionales dedicadas:

“Reina del Carmelo” (Germán Álvarez Beigbeder, 1923).

Tiempo de paso de la procesión:

Unos quince minutos.

Hermanos:

.

Escudo:


Color de los cirios:

Blancos.

Altar de Insignias:

Cruz conventual; Tintinabulo; Conopeo; Banderín de la juventud; Banderín de la Orden Tercera del Carmen; Simpecado; Guión de la Hermandad del Carmen.

Referencia histórica:

El muy Reverendo Padre Fernando Suárez, Prior del Carmen  Casa- Grande de Sevilla, funda en Jerez, el  9 de Junio de 1586, también se le señalaba lugar provisional para instalarse la primera comunidad carmelita. Dicho lugar era el Hospital de la Sangra, junto a la Iglesia parroquial de Santiago el Mayor, hoy Asilo de San José. Aquí residieron hasta que se trasladaron a la Ermita y Convento de San Benito.

El 1 de Junio de 1587 se trasladan en procesión los carmelitas a la Ermita de San Benito, tomando posesión de ella y de los lugares pertenecientes a la misma. Se hallaba este lugar a las afueras de Jerez, a un Kilómetro de la “Puerta de Sevilla”. Más tarde fue derribados tanto al ermita como el viejo convento carmelita y los Capuchinos levantaron su convento e iglesia.

El 21 de Julio de 1600 fue trasladada a la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, collación de San Dionisio donde se hallaba el edificio de la Pescadería en desuso. La estancia de la imagen en esta Capilla de Loreto, fue de poco más de un siglo, en esta capilla fue donde realmente creció la devoción a la Santísima Virgen.

El 4 de Enero de 1867, S. Eminencia Rvdma. El Sr. Cardenal Lastra, arzobispo de Sevilla, declaraba Patrona de la Brigada de Zapadores-Bomberos de Jerez de la Frontera a esta imagen de la Virgen del Carmen. El Padre Provincial de los Carmelitas Fray Antonio Mª Monge, había conferido el 13 de diciembre del año anterior, de 1866, carta de Hermandad a la dicha Brigada.

Fue el 8 de junio, según consta en el libro de acuerdos conventuales, cuando reunida la comunidad carmelitana, el Prior, padre Luis María Llop, le puso a ésta la idea de coronar canónicamente la imagen de Nuestra Santísima Madre del Carmen. Obtenida la aprobación unánime de la comunidad religiosa, el dieciséis de julio de este mismo año, el citado padre Llop lanzaba desde el púlpito de la iglesia del Carmen, en el panegírico de la función principal, la idea de coronar canónicamente a la Virgen. Sus palabras fueron éstas: “¡Jerezanos! ¡Coronemos a Nuestra Madre! Los que tenéis en casa su sagrada imagen; los que lleváis su Escapulario; los que al ir a la oficina, a la fábrica, al taller, entráis en la iglesia a rezarle una Salve; los que lleváis su bendito nombre; los que perteneciendo a su Cofradía, os llamáis hermanos suyos; los que siendo soldados o marinos no entráis en fuego ni os lanzáis al mar sin invocar su protección y amparo; los que cuando estando enfermos recibisteis de Ella la salud; los que pusisteis su nombre o imagen al frente de vuestras empresas y negocios; los que la amáis de corazón; los grandes y los chicos, nobles y plebeyos, ricos y pobres, eclesiásticos y seglares, todos, en una palabra… ¡Coronemos a la Virgen del Carmen…!”

LA RESPUESTA DE LOS DISTINTOS ESTAMENTOS:

El pueblo. En el pueblo la llamada para la coronación a la Virgen del Carmen causó entusiasmo delirante y cuando por la prensa, y sobre todo por la revista “El Santo Escapulario”, se difundió a toda España e incluso en el extranjero, despertó el mismo entusiasmo. La respuesta más elocuente del pueblo fue el envío generoso y rápido de sus donativos.

Desde el pequeño óbolo de 10 y 15 céntimos hasta los donativos de miles y miles de pesetas. Desde el modesto adorno de quincalla hasta la soberbia alhaja que valía un cortijo. Todo esto es mucho más elocuente de cuanto hayamos podido decir de la devoción a esta sagrada imagen.

El alcalde de la ciudad. Era D. Dionisio García Pelayo y Cordoncillo. Lo visitaron dos religiosos. El padre Luis Mª Llop, expuso largo y detalladamente el proyecto de la coronación canónica de la imagen de la Virgen del Carmen, cuya idea ya había predicho en el pueblo de Jerez. El alcalde acogió gustoso la idea y se procedió a redactar la súplica de coronación canónica a favor de aquella sagrada imagen en nombre de la ciudad. El alcalde firmo y el secretario la rubricó con el sello correspondiente. Se había dado el primer paso oficial, que abría el largo camino de gestiones, que conduciría al 23 de abril de 1925.

Los obispos y los reyes. Se escribió a los obispo españoles y éstos aplaudieron la idea y la bendijeron. Los proyectos para la coronación eran ambiciosos. Se quería que también los monarcas españoles la hicieran suya y la apadrinaran. No era fácil empresa. Pero todo se anduvo. Dos corazones magnánimos, que en definitiva fueron los que hicieron posible la coronación, tomaron por suya esta empresa, como tantas otras referentes a la misma: los Excmos. Sres. D. Fernando de Soto y Aguilar y su esposa, Dª Carmen Domecq y Núñez de Villavicencio, Marqueses de Arienzo y de Santaella, Condes de Puerto Hermoso y Grandes de España.

El Cardenal de Sevilla. Así se pensó, se presentó en presentar las PRECES al Prelado hispalense, Excmos. Señor D. Eustraquio Ilundain y Esteban para que las informase y tramitase a Roma. Despues de maduro examen, el ilustre Prelado, no sólo las aprobó, sino que haciendo de ellas grandes elogios, se apresuró a recomendarlas con fervorosas letras.

El nuncio de Su Santidad en España. El nuncio de Su Santidad en España era en aquel tiempo, Mons Federico Tedeschini. Este ilustre prelado prestó su colaboración eficaz y decidida tanto informando a Roma como orientando en lo que se refería al ritual de la coronación canónica.

No dudó en afirmar, en documento sellado el 4 de abril de 1925 en su Palacio de la Nunciatura de Madrid, al conocer la devoción del pueblo de Jerez a esta imagen de la Virgen del Carmen.: ”Feliz el pueblo que así proclama la grandeza de María Madre de Dios, y elevándose con tanto entusiamo a las serenas regiones del dogma y de la revelación, penetrando por la fe en la visión apocalíptica de la sublime magestad de la gran Señora deposita en la frente de la augusta Reina la preciosa diadema símbolo de la nobleza universal, cuyos esplendores llenan de gloria los cielos y de vida sobre natural la tierra”.

El Concurso de anteproyectos: En mayo de 1922 salió a concurso el anteproyecto de la corona. Entresaco de las bases de este concurso las siguientes cláusulas:

“3ª. Se permitirá tres proyecto con doscientas pesetas cada uno, escogiéndose uno de ellos para convertirlo en proyecto definitivo y realizarlo consiguientemente”.

“7ª. El orfebre encargado de la obra habrá de trasladarse a Jerez para fundir el oro y desmontar las joyas en presencia del Comité, haciéndosele entrega de los materiales ante notario público”.

“9ª. El concurso se cierra improrrogablemente el 5 de julio del corriente año durante la novena del Carmen”.

El artista comenzó su trabajo y, al decir de algunos, le vino “como una borrachera de arte”. Porque la Corona, al margen de su valor en oro y piedras preciosas, su valor artístico, se trabajo de orfebrería es inapreciable. Se trata de una joya única. Alguien ha llegado a decir: “La hábil colocación de todas sus joyas a través de maravillosos dibujos, sincronizados con inestimable objetividad, es algo que no se ha vuelto a llevar a cabo y que ha revolucionado toda una época de la orfebrería nacional”

Consta la Corona de dos partes: la imperial y la aureola o ráfaga. La aureola tiene dos partes perfectamente separables: la anterior, que es la más rica, por tener más piedras y joyas, y la parte posterior, también muy rica. La Corona es totalmente de oro, en la que van incrustadas las piedras preciosas en un conjunto de verdadera filigrana: rubíes de todos los tamaños, esmeraldas, ágatas, perlas finas, diamantes... en un total de diez mil, cuando la entregó el orfebre Sr. David. Después se le han ido colocando muchas más. Sobre la frente de la Virgen y colgando de la corona queda una estrella de oro, incrustados sus rayos por diamantes pequeños, y en el centro de la estrella uno de gran tamaño. Las puntas de la ráfaga terminan en doce estrellas preciosas. En la parte superior dos angelitos de oro macizo se lanzan hacia delante sosteniendo un escudo de la Orden rodeado de diamantes finos, y un reloj pequeñito, también de diamantes, señala la hora en que fue coronada la Virgen, las doce de la mañana.

El peso de la corona era, al ser coronada la Virgen de 6.600 Kgs. Pero después hubo de fortalecerse la corona con unos barrotes interiores de hierro dorado, que unido a las numerosas joyas que se le han ido colocando hace que en la actualidad el peso sea de 10 Kgs. En el año 1926, en mayo, se acordó llevarla a Sevilla para repararla en ciertos desperfectos causados con el movimiento que sufrió en la procesión desde el Parque González Hontoria hasta la Colegial, y en esta ocasión parece que fue cuando se le fortaleció el armazón.
La corona llega a Jerez. En la mañana del domingo 19 de abril de 1925 la corona llega a Jerez desde Játiva (Valencia), desde donde fue trasladada en automóvil escoltado por un capitán y varias parejas de la guardia civil. Durante todo el domingo la corona estuvo expuesta para ser contemplada en la suntuosa morada de los Conde de Puerto Hermoso. Y el lunes, desde las once de la mañana hasta las seis de la tarde, en el Ayuntamiento, ante la que desfiló todo Jerez, que se sentía un poco dueño de ella. Del Ayuntamiento se llevó al Convento del Carmen, donde se guardó hasta el momento de la coronación.

Se cuenta que esa noche, la primera que la corona pasó en el convento, hubo un intento de robo. Pero gracias a las precauciones que se tomaron se frustró el plan. Los individuos que fueron detenidos confesaron en la Comisaría que ese plan lo tenían hecho desde hacía algún tiempo.

La Junta Organizadora de la Coronación.

Obtenido el transcrito Decreto de la Coronación y a punto de terminarse la confección de la grandiosa Corona de oro y piedras presionas, se trató ya únicamente de organizar los grandes festejos. A este efecto, el día once de diciembre del año 1924 quedó constituida la siguiente Junta de la Coronación:

Presidente de Honor: SS.MM los Reyes de España: D. Alfonso XIII y Dª Victoria Eugenia.
Presidencia Honoraria: Srmos. Infantes D. Carlos de Borbón, Capitán General de Andalucía, y Dª María Luisa de Orleáns; Emmo. Sr. Cardenal Ilundain y Esteban, Arzobispo de Sevilla; Rdmo. P. Elías Magennis, Prior General de toda la Orden del Carmen; Excmo Sr. Marqués de Villamaría, Alcalde de Jerez cuando se nombró la Comisión; Excmo. Sr. Federico de Ysasa, Alcalde cuando la Coronación.
Presidente efectivo: Excmo. Sr. Conde de Puerto Hermoso.
Vicepresidente: Muy Rvdo. P. Fr. Juan Ruiz de Viana, Provincial de los Carmelitas de Andalucía.
Director de la Coronación: Rvdo. P. Fr. Luís María Llop, Prior del Convento del Carmen de Jerez de la Frontera.
Vocales: M. Iltr. Sr. Presidente del Cabildo Colegial; D. Ángel Cabezas, Arcipreste; Sres Marqueses de Torre-Soto de Briviesca, de Salobral, del Mérito, y de Fiel Pérez Calixto; Sres. Conde de los Andes, de Garvey, y de Casares; Sres. Párrocos de la ciudad; D. Francisco Ferry y Ponce de León, Comandante Militar de la Plaza; D. Ángel Jácome, D. Francisco Díez, D. Manuel Domecq, D. Juan Ruíz Candil, D. Francisco Ívison, D. Salvador Díez, D. Manuel Humanez, D. Enrique Rivero, D. Luis de Ysasi, D. Marcelino Picardo y Exmo Sr. D. José Romero Martínez ex-Diputado de Cortes.
Tesorero: D. Juan Pedro Domecq y Nuñez de Villavicencio.
Vicetesorero: D. Manuel Gonzalez de la Peña.
Secretario: Sr. Marqués de Casa-Domecq
Vicesecretario: D. Joaquín Pérez Lila.

La Corona del Niño Jesús

Preocupados por la corona de la Virgen y los múltiples problemas que ésta y la coronación en sí traían, nadie cayó en la cuenta de que el precioso Niño Jesús, que la Virgen muestra en su brazo izquierdo, también debía lucir una corona en consonancia con la de la Madre. Alguien señaló el olvido e inmediatamente se trató de subsanarlo. Pero la dificultad, no pequeña, era que la gente ya había dado con la máxima generosidad. No parecía oportuno volver a pedir, ni las personas estaban preparadas para una nueva demanda.

Fue entonces cuando dos damas jerezanas, “María de Xerez” (Carmen Carriedo) y “Mariela” (Isabel García Pérez), que desde el primer momento pusieron sus plumas a disposición de esta noble causa de la Coronación de la Virgen, pensaron como podría recaudarse lo necesario para la corona del Niño: que fuesen los niños de Jerez los que se la hicieron. Ellas sembraron la idea y los niños la recogieron. Los niños ricos dieron monedas de oro; las niñas, sus alhajas de la infancia; una niña vendió su muñeca y dio su importe; otra depositó en la bandeja dos pesetas que le pusieron los Reyes Magos para dulces; tres niños pobres ofrecieron “dos perras gordas” cada uno... También ofrecieron brillantes, rubíes, esmeraldas y preciosas perlas. Y tal fue la generosidad que mostraron que casi con lo que ellos dieron se hizo la corona que ahora orgulloso, el Niño Jesús ostenta en su cabeza.

Es totalmente de oro como la de la Virgen, con incrustaciones de piedras preciosas. Su peso actual es de 700 gramos.

En la mañana del veinticinco de abril de 1925, se celebró el acto más trascendental, la ceremonia cumbre de las fiestas: la Coronación Canónica de la Imagen de la Virgen del Carmen.

"En la historia de Jerez de la Frontera se registrará este hecho como uno de los más importantes, de los que habrá que grabar con letra de oro en las páginas de la misma, y a él irán unida los nombres de un religioso tan culto como modesto y de un puñado de nombre tan entusiasta y de buena voluntad que con sus esfuerzos y desvelos supieron dar días de glorias a este pueblo noble, hidalgo y cristiano engrandecidos en estos solemnes momentos". (ary. de prensa local).

La Coronación tuvo lugar en el hermoso y amplio parque jerezano de González Hontoria, situado a lo largo de la hoy moderna Avenida Alcaldez Álvaro Domecq, entonces Avenida de América.

A la derecha de la caseta municipal se había levantado una tribuna para los Reyes y otra pra las representaciones del Ejércuto y las Armada; y, a la izquierda, otro para los prelados, titulos de Castilla y miembros de la Junta de la Coronación.

Frente a la referida caseta se levantó una tribuna más alta, perfectamente visible, con un cojín encarnado sobre el que se colocaría la Coronad de la Virgen y la coronita del Niño para ser bendecida. Y junto a esta tribuna se colocaría también el "paso" de la Virgen con una escalinata.

A las ocho y media de la mañana la Virgen abandonaba su templo. En su brazo izquierdo llevaba a su Hijo y sobre su cabeza solo una mantilla de encajes de Flandes. Iba sin corona, porque iba a ser coronada. Oficialmente sólo la acompañaban los Carmelitas vistiendo su capa blanca, acompañados del clero secular y el Ayuntamiento bajo mazas.

Durante este largo y lento caminar hasta el Parque González Hontoria se impone la reflexión y la oración encendida y poética del alma enamorada. María de Xerez, la incansable escritora jerezana de sus grandezas y de sus amores, dejó escapar por su pluma la oración de su alma durante este caminar mañanero hacia el triunfo y la exaltación mariana. Y su oración fue esta (solo hemos recogido unos fragmentos): “¡Virgen del Monte Carmelo! Hoy recorre el mismo camino que hace más de tres siglo seguiste cuando abandonaste la antigua ermita de San Benito rodeada de tus hijos los Carmelitas que, cediendo su casa a los apestados, dote las puertas de la casa de Rodrigo de la Paz, en la calle de la Tontería”. Más de tres siglos. Trescientos veinticinco años, en los que Jerez te ha amado, rogado, venerado y enaltecido. Jerez te labro una Iglesia, donde te ha dedicado culto ferviente, en la que has visto a tus pies tantas generaciones, donde el gran santo, Diego de Cádiz, te ofreció el fino obsequio de las almas convertidas por sus inspiradas palabras; de la que un día triste te arrojó la revolución, que no obstante respetó sus muros y a la que, embellecida y restaurada, tornaste triunfante entre aclamaciones de júbilo, siendo el primer convento ocupado por tus hijos después de la exclaustración.

Mientras la Virgen paseaba majestuosamente hacia el Parque, más radiante que nunca, las tropas fueron llegando. Los primeros, sus marinos, los que siempre la han acompañado. En un tren especial fletado en San Fernando (La Isla) llegaba una Compañía integrada por los alumnos de la Escuela Naval, con bandera, también una Compañía de desembarco del acorazado Alfonso XIII y otra de infantería de Marina. Después haría su entrada en el Parque una Compañía del Regimiento de Pavía con bandera y banda de música y un escuadrón del Regimiento de Lanceros de Villaviciosa con estandarte y banda de trompetas. También formaron los somatenes, encabezados por su presidente, el marqués de Bonanza.

Así se unieron los ejércitos de mar y tierra en un abrazo de amor a la Madre de Dios. Perfectamente formados esperaron la llegada de la gran Señora y Reina de los corazones.

Pero el pueblo no estuvo a la zaga ni le señalaron hora de llegada. Fue llegando desde muy temprano al lugar de la Coronación para conseguir un buen sitio y no perder detalle de la misa. Hubo quienes prefirieron caminar acompañando a su Madre y Señora mientras se dirigía a ser coronada, aunque fuese de una manera informal, ya que formando en la procesión solo tenía cavidad los reseñados anteriormente. Las casas en Jerez se vaciaron. Nadie quería perderse aquel acontecimiento único en la historia de Jerez. He preguntado a muchas personas que conocieron aquel día y todos dicen que estuvieron de mañana en el Parque González Hontoria.

A las diez llegaban sus altezas Reales los Infantes don Carlos, doña Luisa y su hija doña Isabel Alfonsa. Poco después hacían su entrada en el Parque el Cardenal Arzobispo de Sevilla y los obispos de Cádiz y Málaga. A las diez y treinta llegaban los Reyes. Doña Eugenia besó a los Infantes, mientras les decía al oído: “Mirad que día más bueno. Parece que la Virgen nos ha oído”. El Rey saludó al Infante don Carlos, al General Primo de Rivera, que había llegado momentos antes y a otras autoridades.

Don Alfonso vestía uniforme de Capitán General de la Caballería de Lanceros del Rey y lucía Toisón de Oro, Banda de la Gran Cruz de Mérito Militar, veneras de las Órdenes Militares u otras muchas condecoraciones. Doña María Eugenia, guapísima, con traje de seda de color perla y sombrero de igual tono, lucía soberbio collar de perlas y otras joyas. A continuación llegó el Nuncio, Monseñor Federico Tedeschini. Su figura alta y distinguida llevaba la muceta de armiño y la capa púrpura de cola larga con la prestancia señorial de los cardenales de Renacimiento.

Cuando la Virgen se volvió hacia sus hijos y se paró dispuesta a ser coronada, la multitud hizo silencio lleno de expectación, como recobrando ánimos para después gritar y cantar más fuerte el amor a Aquella, que siendo aún casi una niña, ya era Madre de Dios, y dijo: “Bienaventurada me llamarán todas las generaciones”. Aquella mañana iba a marcar un hito en el cumplimiento de la profética predicación de la joven nazarena.

La ceremonia dio comienzo. El alcalde de Jerez, señor Ysasi Dávila, se dirigió a los Reyes y les ofreció la Corona, en nombre del pueblo de Jerez, e interpretando los deseos de tantos otros devotos ausentes, pronunció estas palabras: “Señor: un acontecimiento de orden religioso conmueve hoy el alma profundamente católica de la nación española: LA CORONACIÓN CANÓNICA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN, Patrona de nuestra Marina. España entera tiene hoy puestos sus ojos en esta nobilísima ciudad de Jerez, donde va a tener lugar la sagrada ceremonia, presidida por VV.MM. Presidentes honorarios de la Coronación. Jerez y con Jerez España, agradece fervorosamente el acto de presencia de VV.MM. y en este agradecimiento envuelven infinitos afectos y aclamaciones a tan amados soberanos que de tal modo nos distinguen. En nombre de este pueblo y de todos los devotos de la Reina del Carmelo, que son infinitos en nuestra nación, tengo el honor de poner en la reales manos de Vuestra Majestad la Corona de esta augusta ceremonia, suplicando a V.M. se digne ofrecerla por sí mismo a la Santísima Virgen como el más legítimo representante de la piedad de Jerez y de toda nuestra gloriosa nación. Señor, con este acto añadirá V.M. un nuevo florón de gloria a los muchos que ya ha hecho brillar en si gloriosa historia de Monarca Católico”

A continuación los Condes de Puerto Hermoso, Padrinos de la Coronación, llevaron la corona sobre una bandeja de plata a la tribuna donde sería bendecida por el Nuncio, Monseñor Tedeschini. Mientras la bendecía, la Schola Cantorum Carmelita, dirigida por su fundador y director, P. Carmelo Codinach, cantaba el “Ave Maris Stella”. Después el Nuncio, tomándola en sus manos, bendijo con ella a los soberanos y al pueblo.

De nuevo, los Condes de Puerto Hermoso la llevaron hasta la carroza de la Santísima Virgen. El Señor Nuncio ascendió por la escalinata, preparada al efecto, para ponerse a la altura de la Virgen. El Señor David, el orfebre de la corona, tomó en sus manos la bella corona del Niño, ofrendada por los niños jerezanos, y la entregó al Señor Nuncio, que la puso sobre su soberana cabeza. Después el Nuncio tomó en sus manos la corona de la Virgen y un haz de oro y pedrería se elevó sobre la augusta cabeza de la Reina del Carmelo y suavemente la hizo descender sobre ella, mientras el corazón se paralizo en los miles y miles de pechos que contemplaban aquel acto.

“¡Ya, ya esta coronada!”. El momento fue de honda emoción, indescriptible, contara a sus lectores el periódico local “El Debate”. Todo el mundo respiró tranquilo y después gritos de gozo. Tocaron las palmas y lloraron de gozo. El sueño ya era realidad.

Las fuerzas rindieron armas y las bandas al unísono ejecutaron la marcha real. Terminada la interpretación la multitud no se pudo contener y vitoreó y gritó vivas a los Reyes, a Primo de Rivera, al Ejército y a la Armada, a la España católica y al director de la coronación, padre Llop, cuya emoción le hizo derramar también lágrimas. Y todos estos vivas se fundieron con las estrofas del himno a la Coronación: “COMO DIOS TE CORONA EN EL CIELO, TE CORONA JEREZ CON SU AMOR”.

La mañana, que había amanecido gris, se hizo de oro. El sol lucía porque la Reina del Universo había sido coronada, porque él que infunde alegrías en los corazones, no podía faltar esta mañana de gozo y alegría.

El 13 de junio de 1951 fue trasladada a Sevilla la venerada imagen quedando provisionalmente instalada en la iglesia de los Carmelitas calzados del Buen Suceso. En la jornada siguiente, el día 14 a las ocho de la mañana, se realizó el traslado a la parroquia del Divino Salvador, con un larguísimo cortejo, tanto fue así, que la cruz de guía entró en el Salvador y la Virgen no había salido de la iglesia del Buen Suceso. Ya por la tarde comenzó un solemne triduo, situándose la Virgen del Carmen en su paso de salida y con su rica corona en el altar mayor, siendo el encargado de la predicación del primer día el magistral de la Colegial jerezana, don Bernardo Martí Raro. Durante estos tres días las dos Órdenes Terceras establecieron guardia de honor permanente ante su altar. El último día predicó el Vicario General del Arzobispado, don Tomás Castrillo Aguado, quién exaltó las glorias carmelitanas. Después de la bendición eucarística se interpretó la Salve carmelitana y marinera, asistiendo una representación de la Comandancia de Marina de Sevilla. Hay que destacar que esa misma tarde atracó en el puerto de la capital hispalense el cañonero 'Cánovas del Castillo', con una compañía de desembarco para rendir honores a la Virgen en la procesión del día siguiente.

En la mañana del 17, tuvo lugar una misa oficiada por el Padre Provincial de los Carmelitas Calzados asistiendo de medio pontifical S.E.R. el Señor Cardenal Arzobispo de Sevilla, que fue el encargado de pronunciar una bellísima homilía. Al acto asistieron primeras autoridades y representación del Jefe del Estado Español y el Ministro de Marina.

La expectación crecía desde las primera horas de la tarde, para ver la salida de la Reina del Carmelo en procesión acompañada de un numeroso acompañamiento en el que destacaban el Capitán General, don Ricardo de Rada y Peral, en representación de S.E. el Jefe del Estado; el Capitán General del Departamento Marítimo de San Fernando, el almirante don Ramón de Ozamiz, en representación del Ministro de Marina; el Vicario General del Arzobispado; autoridades civiles y militares, y superiores de la Orden Carmelitana.

Abría marcha la columna de desembarco del 'Cánovas del Castillo' y la banda de música de marina de San Fernando. Les seguían numerosas representaciones de diversos estamentos y dos largas filas de más de un centenar de frailes de la Orden Carmelita, los Calzados a la derecha del paso y los Descalzos a la izquierda. Tras el paso la banda de Infantería de Soria y un piquete de la Compañía de Armas de Capitanía General. Con el acompañamiento de centenares de personas se dirigió hacia la Catedral Metropolitana, siendo el itinerario: Salvador, Sagasta, Sierpes, plaza San Francisco, Avenida y Catedral. A la llegada de la Virgen a la puerta de San Miguel, la esperaba el Cardenal de Sevilla, don Pedro Segura y Sáenz, revestido de pontifical, conjuntamente con el Cabildo catedralicio. Una vez dentro, el paso se encaminó hacía la Capilla Mayor, donde el Cardenal se dirigió a un repleto templo con emotivas palabras a la Virgen María, todo ello acompañado por la capilla Isidoriana del Seminario que interpretó varios cánticos en honor de la Virgen del Carmen, terminando el Cardenal con la impartición de la bendición papal. Una vez finalizada la ceremonia y entre multitud de devotos, salía de la Catedral sevillana por la puerta de Palos, para girar hacía la calle Placentines y buscar la iglesia del Buen Suceso. A la llegada a la plaza un carmelita pronunció un fervorín desde uno de los balcones. Los días 18 y 19, la Virgen del Carmen quedó expuesta en ceremonia de besamanos en el citado templo de los Carmelitas calzados.

Para el regreso a nuestra ciudad, el día 20, se preparó una solemne procesión para su recibimiento. La devotísima imagen llegó a las ocho de la tarde a la finca 'El Cuco', residencia del Colegio Jesús, María y José, y fue colocada en su paso de plata. Comenzaba allí la comitiva que se iniciaba con la bandas de tambores y cornetas del Hogar de la Purísima Concepción, para avanzar por el paseo de Capuchinos, donde fue recibida por las autoridades. Delante del paso y con la Comunidad de PP. Carmelitas iba la representación del Excelentísimo Ayuntamiento, presidida por el Alcalde, don Antonio Mateos Mancilla, y acompañado de tenientes de Alcalde, Magistral y Canónigos de la Colegial, Comisario de Policía, o Director del Instituto Nacional de Enseñanza Media, más la junta de gobierno de la Hermandad de Caballeros de Nuestra Señora del Carmen Coronada. Y tras la Virgen cerraba el corCartel de la Salida Procesional de Nuestra Señora del Carmen Coronada del año 2012tejo la Banda Municipal. Durante todo el itinerario el paso de la Virgen fue acompañado de multitud de personas.

La procesión recorrió las calles José Antonio Primo de Rivera, Ramón y Cajal, plaza Reyes Católicos, Calvo Sotelo, Plaza Carmen Núñez de Villavicencio en dirección a su templo, y una vez llegado el paso a la puerta principal le esperaba el R. P. Fray Luis Fernández Cala quién entonó la solemne Salve, pronunciando seguidamente un fervoroso y emocionado fervorín de exaltación a la Virgen del Carmen, terminando con el himno de la Coronación.

Observaciones:

Gran momento es la Salve de Medianoche en la Basílica donde centenares de jerezanos y jerezanas acuden a felicitar a la Santísima Virgen y besar su manto en su camarín.

Tanto la Salida tan complicada y su entrada de la Santísima Virgen, así su entrada en calle Larga una vez dejado atrás la Plaza del Banco.
Otro punto emblemático es su entrada en Plaza Plateros donde los jóvenes carmelitas la reciben con su alfombra de sal. También su recogida por calle Carmen y Plaza del Carmen culminando con un magnifico Fervorín dedicado a la Reina del Carmelo.

Cultos:

Triduo a Nuestra Señora del Carmen Coronada por su Aniversario de la Coronación Canónica. Siempre el fin de semana más aproximado al 23 de Abril, día de su Coronación.

Novena a Nuestra Señora del Carmen Coronada del 7 al 15 de Julio y Función Principal el 16 de Julio, festividad de Nuestra Madre a las 12:30 de la mañana.

Dirección:

Plaza del Carmen nº1
C.P: 11403
TLFO: 956 -34 14 34
FAX: 956  34 44 72
EMAIL: virgendelcarmencoronadajerez@hotmail.com
WEBS:
http://www.escapulariodelcarmen.org/
http://virgendelcarmencoronadadejerez.blogspot.com.es/

Hermano Mayor:

Antonio Rubio Franco.

Jaime Lledó Patiño.

Vestidor:

José Carlos Gutiérrez Romero.

Junta de Gobierno:

 

Capataz:

Miguel Ángel Jaén Torres.

Costaleros:

Cuenta con 43 costaleros. En el paso caben 20 costaleros, de los cuales hay dos cuadrillas, la alta y la baja.

Exorno floral del paso:

Cuenta con dos cenefas de claveles blancos, un centro de rosas y gladiolos delante la Santísima Virgen y seis jarras con piñas de gladiolos, rosas y nardos..

Acompañamiento Musical 2012:

Banda de Música Maestro Tejera, de Sevilla.

Estrenos 2012:

Baño de Plata de las jarras y reforzamiento de las mismas, Alfombra de Sal creada por los jóvenes carmelitas “JuCar” en Plaza Plateros. II Cartel Escapulario.

Dia de salida:

16 de julio.

Horario 2012:

Salida: 20,15

Entrada: 23,30

Itinerario 2012:

Plaza del Carmen, Carmen, Sedería, Tornería, Eguilaz, Plaza del Banco, Larga, Lancería,  Plaza del Arenal, Puerta Real,  Consistorio, Plaza de la Yerba, Conde Cañete del Pinar, Plaza Platero, Sedería, Carmen y Plaza del Carmen.

(Queremos mostrar nuestro agradecimiento a Antonio Rubio Franco por la elaboración de esta página)

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