PONTIFICIA, VENERABLE E ILUSTRE HERMANDAD DE NAZARENOS DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LA SOLEDAD Y SAGRADO DESCENDIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. Dos pasos.
Templo:
Iglesia de la Victoria. La fundación de la Iglesia de la Victoria, en otros tiempos Convento e Iglesia de las Mínimas de San Francisco de Paula se remonta al siglo XVI, e inicia con prestancia y sabor clásico la calle Porvera. Se funda frente a la muralla del antiguo Jerez, concretamente frente a la torre albarrana que sirve de esquina entre las calles Por-vera y Ancha. Fue fundada en 1543 como convento con el nombre de Monasterio de la Virgen de la Victoria.
La Iglesia-Convento sufrió una profunda restauración después del abandono en que quedó tras la exclaustración, instalándose en el claustro y sus dependencias las Escuelas de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos y con posterioridad la Escuela de Comercio.
La puerta principal se enmarca entre dos columnas dóricas-toscanas, peraltadas sobre plintos, y rematadas por un frontón semicircular que alberga un relieve de la Virgen con el Niño, 1546 y 1639 son dos fechas que perfectamente se ven sobre los pies de la portada y la torre. En el pié de la torre hay una pequeña placa de marmol que indica las fechas de comienzo y finalización de la construcción de la misma.
La torre de la Iglesia de la Victoria, de estilo manierista, está en el ángulo izquierdo de la fachada principal. Tiene una caña de tres pisos de planta cuadrada. Llama la atención porque en todas las torres, el primer cuerpo sirve de zócalo y es completamente liso. Conforme va ganando altura la torre, más complicada y rica es la decoración, hasta que las filigranas aparecen en el último cuerpo. En la torre de la Victoria esta ley general no se cumple. Está rematada por una cúpula semiesférica, revestida de azulejos blancos y azules. Las ventanas cegadas del cuerpo bajo están decoradas con esgrafiados circulares. El frontón es roto y curvo, remachado por un penacho central.
Si en la portada de la Iglesia podemos ver una fecha y otra en la torre, en el claustro hay cinco. Cuatro en la planta baja, 1595 es la más antigua. En la planta alta sólo se ve una: Mil seiscientos, el número de la década casi ha desaparecido y nueve.
La Iglesia fue reducida, en su longitud, en 1981. Se ha vuelto a colocar en la nueva cabecera el retablo mayor que es de estilo rocalla, del siglo XVIII. Tiene una sóla nave que se cubre por una bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones, decorada con motivos geométricos. Casi a la altura del altar mayor, al lado del Evangelio, se abre la puerta de salida de la cofradia, que durante el año cobija el altar donde se venera el Sagrado Descendimiento. También posee un púlpito de madera hoy no colocado al parecer por falta de espacio. (Localización en Google Earth).
Iconografía:
En el primer paso se contempla el misterio del Descendimiento de Cristo de la Cruz tras haber sido desclavado por José de Arimatea y Nicodemo, presenciando la emotiva escena la Virgen, San Juan y las Tres Marías. La iconografía está inspirada en los relatos Evangélicos. Concretamente, San Marcos y San Juan hacen referencia extensa sobre el momento del descenso del cuerpo de Jesús de la Cruz (Capítulo 15 y 20, respectivamente, de sus Evangelios). Coinciden en relatar que los Santos Varones, José de Arimatea y Nicodemo, subieron al Gólgota y desclavaron a Jesus de la Cruz, descendiéndolo mediante lienzos (o sudarios) para ser recibido por la Virgen, San Juan y las tres Marías. Este tema fue de secular conocimiento por el arte hispalense. Basta recordar el Descendimiento pintado por Pedro de Campaña. En el segundo, Dolorosa bajo palio.
Paso de Misterio:
El grupo escultórico es obra, en su totalidad, del imaginero sanroquense Luis Ortega Brú, con un verdadero sincretismo entre el manierismo, tendencia natural de este autor, y la escuela castellana, que adquiere tras su residencia en Madrid. El grupo tiene un esquema triangular ascendente cerrado y el Cristo queda enmarcado.
Nuestro grupo escultórico jerezano tuvo ocupado al artista desde 1950 a 1957, siendo realizado en los talleres Granda S.A. de Madrid. Ortega Brú dirigió personalmente la colocación de las figuras sobre el paso. Nada más llegar a Jerez, se comenzaron a montar sobre el mismo, originando ello una gran expectación. Es una obra personalísima, grandiosa, maravillosa no sólo como conjunto escultórico, sino que hay que tener en cuenta que cada imagen es una joya del arte cofradiero de nuestra ciudad. El conjunto se divide en dos grupos: Las figuras que están subidas en escaleras, apoyadas éstas en la Cruz, que son de talla y las que están llorando o dispuestas a tomar en sus brazos el cuerpo del Redentor. Estas últimas son de vestir, con lo que su peso se reduce notablemente, además que la tradición así lo exige. Ortega representó el momento del Descendimiento de Cristo de la Cruz tras haber sido desclavado de la misma por José de Arimatea y Nicodemo, los cuales aparecen sosteniendo con un sudario el cadáver del Señor. La patética escena es presenciada por la Virgen María, San Juan y las tres Marías. Sobre este grupo escultórico el artista manifestó, en unas declaraciones en la Iglesia de la Victoria, que le había sido muy difícil y problemática la representación de la imagen del Santísimo Cristo del Sagrado Descendimiento muerto, habiéndole acarreado muchas dificultades y, en varias ocasiones, había sido destruida por el maestro y vuelta a hacer. Quizás estas circunstancias se debieran a su afán perfeccionista. El grupo, por supuesto, no está concebido aislado, sino en conjunto. Cada imagen guarda una perfecta armonía en sí misma y en relación con las demás. Se ha dicho que este conjunto supone recorrer de golpe 80 siglos de arte. Pero a nosotros nos interesa más contemplar la obra desde la perspectiva de nuestro tiempo. La talla del Cristo es toda de talla, de tamaño natural muy cumplido y de grandes proporciones. Es estilizada y majestuosa, a pesar de su postura y de la rigidez cadavérica que claramente revela la fase postmortal y el agarrotamiento subsiguiente a ser desclavado. La cabeza la tiene caída sobre el hombro izquierdo. Los ojos están entreabiertos, la nariz es recta y afilada, la boca está asimismo entreabierta y es de labios pálidos, como si presentara signos de anemia. El pelo es rizado y cae sobre la frente en desorden consiguiendo maravillosas ondulaciones a base de los juegos de claroscuro. La palidez del rostro refleja, con grandioso patetismo, los padecimientos soportados por Cristo antes de morir. El artista hace alardes de conocer la anatomía humana: Venas, tendones, arterias, costillas y huesos, así como las articulaciones y los músculos están maravillosamente esculpidas y la postura de las piernas y de los brazos refleja, con trágica claridad, la rigidez de un ser humano muerto. La iconografía de las manos, estilizadas y finísimas, recuerda épocas muy lejanas en el tiempo y, en concreto, reminiscencias de la obra pictórica del Greco. En este sentido, recordemos el lienzo de la Trinidad, en el que Dios Padre sujeta por los brazos el cuerpo muerto de Cristo. En este Cristo descendido hemos visto influencias del colosalismo de Miguel Ángel. Así, puede esto observarse en la musculatura y en la tremenda fuerza espiritual. El paño de pureza que ciñe las caderas de Cristo es muy sucinto, dando la vuelta, que forma un lazo pequeño.
En cuanto a la Virgen, que aparece dando la espalda a la Cruz, hay que resaltar su impresionante dulzura, dejando Ortega, que no prodigó las imágenes de Dolorosa, que su arte fluyera, pletórico de inspiración. Se trata de una Virgen casi Niña, con una expresión de intenso dolor en su rostro, con los ojos grandes y rasgados, anegados de lágrimas y ofreciendo una tez de marcadísima palidez, un tanto verdosa. Es talla de tamaño natural bien cumplido, expresa un sentimiento desgarrado y profundo, pero unido a una gran dulzura. Su saya tiene un bordado peculiar. En la procesión del 50º aniversario del Misterio, en 2009, estrenó corona de plata, obra del orfebre sevillano Jesús Dominguez.
Muy interesante la figura de la Magdalena, con los brazos tendidos a lo alto, en actitud de recoger delicadamente, pero con pasión, el cuerpo muerto de Cristo. Es una talla barroca, por lo que hace a su composición, muy movida. Últimamente se la suele colocar con la corona de Cristo entre sus manos.
La imagen de San Juan está dotada de una extraordinaria expresión patética, representado como un joven barbilampiño, con cabellos admirablemente tallados, a base de rizos ondulados con una gran suavidad. Magníficas son, igualmente, las imágenes de María Cleofás y María Salomé, en actitud llorosa y expectante al pie de la Cruz.
En cuanto a las tallas completas de José de Arimatea y Nicodemo, hay que resaltar que los ropajes que envuelven sus cuerpos nos remontan a épocas lejanísimas en el tiempo, porque el goticismo está presente en los plegados, lo que demuestra el profundo conocimiento que el artista poseía de la escultura de aquellos remotos siglos. En estas figuras observamos también un colosalismo deslumbrante, una patética grandilocuencia, una palpable sensación de fuerza y de suavidad al mismo tiempo. Quizás estos últimos detalles los basó en su conocimiento de la obra escultórica de Miguel Ángel.
El paso es dorado, de estilo neobarroco. En la ejecución de este paso intervinieron Manuel Guzmán Bejarano y Luis Jiménez Espinosa, discípulo y maestro respectivamente, comenzándose su realización en 1957 terminándola para la Semana Santa de 1958. Si el conjunto escultórico de Ortega Bru es colosal, no lo desmerece en nada el paso. Lindo en todos los sentidos: los respiraderos, decorados con capillas, la canastilla, con muchos entrantes y salientes y en las esquinas unas volutas en ese que le quitan peso al conjunto y 8 capillas, restauradas recientemente. Las capillas fueron labradas por Luis Ortega Bru. Antaño esta Hermandad utilizaba como iluminación unos espléndidos faroles, a diferencia de los candelabros que porta ahora, siendo 44 las luces que lo alumbran. Los candelabros en el centro de los costados son los originales. Los autores buscan, sobre todo en la canastilla, formas nuevas de expresión: de hecho los entrantes y salientes de la canastilla son verticales y no horizontales como son característicos en Manuel Guzmán Bejarano. Las dimensiones de las andas son de 238 cms. de ancho por 479 de largo y 160 de alto. Entre los años 2002 y 2004, la canastilla y los respiraderos fueron restaurados en cuanto a su dorado en los talleres de Manuel Guzmán Bejarano.
Paso de Palio:
En el paso de palio se venera la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, talla de tamaño natural, de madera de cedro y pino, y de candelero. Mide 1,65 metros. La mandó labrar a sus expensas el Mayordomo de esta Cofradía. Era canónigo y se ocupó de elegir a un buen imaginero para su realización. Después, por escrito, explicó que la imagen era propiedad de la Hermandad, que la custodiaría y se haría incluso cargo de la saya y el manto. No dejó nada dicho acerca de su autor. Todo lo que hoy día sabemos del imaginero es su nombre, José Fernández Pomar, por una cédula que estaba fijada al torso de la Dolorosa: "Esta imagen la hizo el escultor José Fernández Pomar, por encargo del Mayordomo José Moreno en 1703". Es una Virgen de extraordinaria belleza, realista, de profundo sentido espiritual, místico, reflejado estos detalles en los ojos, que, al contrario de los de otras imágenes marianas, miran hacia abajo. La imagen tenia las manos juntas y apretadas entre si una de las normas características de la imaginería de los siglo XVII y XVIII, y que tan solamente se han conservado en la escuela granadina, porque en la sevillana prácticamente en el siglo pasado desaparece la costumbre e incluso imágenes que tenían las manos juntas le hacen manos nuevas y las separan. En la segunda década del siglo XX le colocaron un clavo entre las manos. Casi terminando los años cincuenta le cambiaron las manos a la Virgen. Ahora el clavo es de oro y plata, está rematado por un gran rubí y la Virgen lo sostiene delicadamente entre los pliegues de un finísimo pañuelo.
La cabeza hace un leve giro a la derecha y con expresión ensimismada. La boca está entreabierta, con un rictus de dolor suave y amargo a un tiempo. La nariz es clásica y recta. Si a esta imagen la contemplamos de cerca, hay que ir directamente a sus ojos, llenos de un hondo e insuperable misticismo, y a sus manos, que son estilizadas, de dedos finos y largos y perfectos de composición. Las lágrimas que Fernández Pomar le colocó en las mejillas fueron, por desgracia, retocadas en el siglo actual, por lo que han perdido cierto afecto plástico. Todo en esta Dolorosa respira congoja, piedad, admirable resignación, suavidad, ternura y delicadeza. Esto último es muy perceptible en la forma que tiene la Virgen de sujetar el clavo, como si lo estuviera acariciando. Es una lástima que Fernández Pomar no dejara más que esta talla. Fue restaurada, del 29 de junio al 12 de julio de 1994 por Isaac Navarrete y Rosario Martínez Lorente.
La corona de la Virgen fue cincelada por Emilio Landa en el año 1946. Es de plata sobredorada en oro fino y repujado. Es corona abierta. Consta de dos piezas: la canastilla, con un friso de emperlados cobachones y una cornisa sobre la que descansan un intercolumnio con seis hornacinas con diversos atributos, alternándose escudos e imágenes. Está el escudo de la Hermandad, el del Vaticano, el de Jerez, el de España, que aparece dos veces y las imágenes representan a los evangelistas y a San Francisco de Paula. Destacan estas imágenes en plata de ley que no han sido doradas. Sobre ella se alza una preciosa cruz de pedrería, como complemento del conjunto. Fue bendecida por el Cardenal Segura, el día 7 de abril del año 1946.
Los bordados del manto (de terciopelo negro y bordado en oro y realce), son de los talleres de Esperanza Elena Caro, estrenándose en la Semana Santa del año 1947. La composición mantiene un excelente equilibrio entre el fondo y las manchas de las hojas de acanto. El fondo está compuesto por ramilletes de diminutas flores y ramas cuajadas de hojitas y zarcillos. Ha sido restaurado en el 2002 por Rosario Bernardino Díaz, de Sevilla. La toca sobremanto se había estrenado en 1945. La saya, de tisú de plata con bordados y sedas de colores, es de los mismos talleres de Esperanza Elena Caro, del año 1946. Fue restaurada en el año 2007.
El techo de palio es de terciopelo color amatista, bordado en oro y sedas de colores. En el centro está bordado el escudo de la Hermandad, dentro de una cartela. De la cartela en sentido radial, surgen unos roleos enfrentados que se adornan con hojas de acanto. Es obra del taller de Esperanza Elena Caro y fue estrenado en 1954. Las caídas del palio fueron realizadas como copia exacta de las anteriores, realizadas por las Carmelitas de la Caridad con diseño de Enrique Hernández. Son de estilo sevillano, sobre malla y bordadas con hilos de oro por Rosario Bernardino Díaz, de Sevilla. Fueron estrenadas en 1994. Los faldones fueron realizados en Jerez, también en el taller de las Carmelitas en el año 1954. Son de terciopelo negro bordado con hilos de oro y sedas de colores. Unas franjas con roleos semivegetales centran una cartela en cada faldón. En el faldón delantero un medallón en el que se representa la Asunción y los laterales la Ascensión y el Descendimiento.
Los respiraderos, elegantes, muy estrechos, fueron realizados en malla con bordados en oro en 1954 por las Carmelitas. Se fijan al paso con un moldurón de plata cofradiera. Las maniquetas y las planchas a modo de ménsulas de donde éstos arrancan son obra de Manuel Rodríguez Pérez. Los faldones y los respiraderos, al igual que las caídas, tienen diseño de Enrique Hernández. Se conserva por la Hermandad, el antiguo techo de palio, de terciopelo negro con bordados en oro que se estrenó en la segunda mitad de los años 20. También se conservan las caídas de este palio, que lo mismo que el techo, fue realizado por las Carmelitas.
Los varales son de plata cofradiera, todos los tubos están repujados. Los basamentos son de planta cuadrada. En las esquinas, una columnas salomónicas que soportan un frontón y forman un pequeño templete. En el interior hay un prisma, también de cuatro caras, y delante de cada cara, un Apóstol o un florero volumétricamente muy bien resueltos. Son obra de Manuel Rodríguez Pérez, estrenados en 1954.
El paso tiene 106 puntos de luz en la candelería y 24 en los candelabros de cola, que son de plata de ley, llevando en la base dos ángeles. Las tulipas se rematan con una crestería terminada en corona. Son obra de Cayetano de la Calle, de Sevilla. Las velas tienen una disposición de una calle central que se abre para dejar ver la imagen de la Virgen. Tiene 16 jarras: 8 grandes para los laterales y 8 pequeñas para la delantera. Las ánforas y candelabros de cola fueron restaurados en el año 2007. La peana de la Virgen es obra de Villarreal. El llamador tiene forma de delfín. La imagen venera representa a María Auxiliadora.
Marchas procesionales dedicadas:
"Nuestra Señora de la Soledad” , de Germán Álvarez Beigbeder, "Soledad de la Victoria", del maestro Joaquín Villatoro Medina, "Soledad de Madre" , de Jerónimo Sánchez Llamas, "Virgen de la Victoria” , de Francisco Barril Cortes (1982), "En tu Soledad", de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Caridad de Jerez y "Sangre en tu sudario", de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y Humildad.
Tiempo de paso de la cofradía:
Unos 25 minutos.
Hermanos y nazarenos:
Tiene unos 720 hermanos y unos 230 nazarenos. Según el recuento de nazarenos de Daniel Carretero procesionaron en 2012, 241 nazarenos; en 2010, 226 nazarenos y en 2009, 217 nazarenos. Según el programa guía de la Semana Santa de 1989 que editó el Consejo Directivo de la Unión de Hermandades, procesionaron entonces 205 nazarenos.
Túnica:
Túnica y capa de color negro y antifaz y cinturón de raso morado y zapatos negros con hebillas plateadas. Sobre la capa, el escudo.
La vestimenta anterior fue, para el primer cortejo, hábito de color blanco con capirote y esclavinas morados. Para el segundo, túnicas negras y capirotes y esclavinas de color morado.
Escudo:
Esta Hermandad, como toda cofradía fundada antes del XVIII tiene un escudo muy simple: En un óvalo morado, una corona de espinas enmarca el anagrama de María (la A entrelazada con la M). A este simple y armónico escudo se le ha añadido en nuestros días una tiara, las ínfulas caen y se enlazan con el anagrama de María. Por detrás de la tiara asoman los paletones de dos llaves y los anillos o asas asoman por debajo de la corona de espinas.
Color de los cirios:
Morados para el cortejo del paso de Misterio y blancos para el cortejo del paso de palio.
Altar de Insignias:
Cruz de Guía, de ébano y plata de ley. Las cantoneras forman unos rombos mixtilíneos, y en ellos van colocados unos medallones que tienen los bordes paralelos a estos rombos y que dejan ver la madera. La cruz recuerda la labor de ataujía de los musulmanes cordobeses. Fue estrenada en 1954. El repujado de la plata fue obra de Manuel Rodríguez Pérez y el trabajo de ebanistería fue obra de Jesús Domínguez. Medidas: 250 x 150 cm. Sección: 122 x 50 mm. Va precedida de un diputado de cruz y acompañada por cuatro faroles, de plata cofradiera, los cuales fueron estrenados en 1955 siendo su autor Manuel Rodríguez Pérez. Tienen cuatro caras y están unidas por unos filetes con muchas filigranas; en el centro de cada cara va el escudo de la Hermandad unido a los filetes por unos roleos. De la parte superior, surge un animal fantástico con cabeza de águila. Banderín de la juventud, bordado sobre terciopelo morado por Carlos del Corral Rodríguez, fue estrenado en 1992. Bandera del Señor, de pabellón color negro con la cruz morada. El asta termina en punta de lanza. Senatus, en plata cofradiera con las letras SPQR sobre terciopelo burdeos, fue repujado por Juan Landa y Esteban Benítez siendo estrenado en el año 1959. Dos bocinas, de plata cofradiera, repujadas por Manuel Rodríguez Pérez, con paño de terciopelo negro sobre el que lleva bordado el escudo de la Hermandad, bordados por las Carmelitas.
En el cortejo del paso de Palio, Cruz Parroquial. Bandera Concepcionista, con tres franjas horizontales, blanca, celeste y blanca. El asta se remata con el anagrama de María. Libro de Reglas, cuyas tapas están forradas de terciopelo morado y de plata de ley repujada las cantoneras, bastante grandes, y un medallón con los atributos de la Pasión, que es el motivo decorativo de cada una. El escudo de la Hermandad, que está en el centro dentro de una bonita cartela, y el broche también es de plata de ley. Se estrenó en el año 1955 y fue repujado por Manuel Rodríguez Pérez. Estandarte de San Francisco de Paula, perteneciente a las Mínimas, salió por primera vez en el 2001. Estandarte de la Hermandad, con el escudo bordado sobre terciopelo negro, obra de Ildefonso Jiménez en el año 2003, con asta repujada por Antonio García Falla. El anterior fue bordado por las Carmelitas en el año 1963. Dos bocinas, de plata cofradiera, repujadas por Manuel Rodríguez Pérez, con paño de terciopelo negro sobre el que lleva bordado el escudo de la Hermandad, bordados por las Carmelitas.
Además posee 29 insignias de varas lisas que hizo para esta Hermandad Manuel Rodríguez Pérez. En el año 1994 el taller de Viuda de Villarreal hizo 25 insignias de varas repujadas. Un ropón negro con galones de oro para el pertiguero del cuerpo de acólitos del Paso de Misterio, Seis dalmáticas y un ropón de brocado, color amatista, para el pertiguero del cuerpo de acólitos del paso de la Virgen y un incensario de plata de ley, estilo renacimiento.
En 1999 se estrenaron ciriales, incensarios, navetas y pértigas para los acólitos y 20 insignias para presidencias, siendo estos trabajos realizados en Orfebrería San Francisco, de Sanlúcar de Barrameda.
Referencia histórica:
La devoción por la Virgen provocará en uno de los puntos extremos de la ciudad, en su recinto primitivo, la creación de una Cofradía bajo la gran advocación de la Virgen de la Soledad, que ocupará capítulos muy importantes dentro de la historia de nuestra tierra.
La primitiva Hermandad fue aprobada el 6 de marzo de 1564 y, según consta en sus primitivos Estatutos, se titulaba de la "Transfixión y Soledad y Entierro de Cristo". Fue creada para ser regida en el Monasterio de Nuestra Señora de la Victoria, de la Orden de frailes Mínimos, que se encontraba por entonces en Jerez. Sus reglas de funcionamiento son presentadas a los licenciados Juan de Ovando (canónigo y provisor de la Iglesia de Sevilla) y Fernando de Valdés (arzobispo, también de la diócesis sevillana), que las aprueban en la fecha antes mencionada. Se erigió en los años anteriores a la fecha de su aprobación y, al poco tiempo, adquirió gran fomento, debido a la gran devoción del pueblo hacia la imagen de la Virgen.
Desde sus primeros tiempos es marcado el carácter penitencial, junto con el propio de la recogida de cadáveres y la asistencia a los ajusticiamientos. Este carácter la destaca de casi todas las cofradías de aquellos tiempos y aparece bien claramente en sus Estatutos. La recogida de cadáveres era practicada en la ciudad por otras dos cofradías, como eran las de San Antonio y la de los Siete Cuchillos (la primera de ellas ubicada en los recintos conventuales franciscanos y la segunda en el antiguo humilladero de la Madera o del Baluarte, en la legendaria Corredera).
En esos primeros tiempos, la Cofradía adquirió gran esplendor en la ciudad, hasta el punto de que en 1644 es aprobada una nueva Asociación como filial suya, con el título de la Misericordia y Nuestra Señora de los Desamparados, que se independizó tomando línea propia de funcionamiento, trasladándose ésta a la capilla que en el antiguo camino de Arcos de la Frontera construyera Nuño de Villavicencio. Hasta 1685, la Cofradía continuó con la línea de realización marcada en sus primitivos Estatutos. El 17 de noviembre de ese año, se le prohibió recoger cadáveres, así como la asistencia en los ajusticiamientos, tras largos pleitos con la Hermandad de la Caridad. Al poco tiempo de la creación, el 30 de enero de 1566, la comunidad de Mínimos donó en propiedad a sus Hermanos la primera de las Capillas del templo, donde se depositaron las imágenes y se realizaron sus primeros actos religiosos. Pasado cierto tiempo, el 6 de agosto de 1594, pidieron a la comunidad conventual la donación de la capilla inmediata a la que poseían, cosa que fue aceptada. Con el paso del tiempo, en 1626, se hizo donación de una tercera Capilla y una parte inmediata a la puerta del templo, así como un hueco en la torre para la construcción de la sacristía.
A pesar de su carácter propio, gozó del popular. Las primitivas realizaciones procesionales de la cofradía estaban impregnadas de devociones y austeridades. Para la salida procesional se preveían numerosas normas. Los numerosos cargos que citan las primitivas normas se elegían en Cabildo que se celebraban ocho días antes de la festividad de la Transfixión, el primer domingo después de la Pascua de los Reyes.
La salida procesional se llevaba a cabo en el Viernes Santo; a ella todos los cofrades debían ir confesados y comulgados. Dentro del orden previsto en los actos procesionales, los componentes del cortejo debían de llevar una completa rigidez penitencial, bajo la pena de sanciones en el caso de no realizarse adecuadamente. La organización de la salida procesional estaba realizada por un adecuado trámite; para ello se hacía entrega por parte del escribano a cada uno de sus hermanos, de unas cédulas en las que se indicaban todo lo concerniente al desfile; a la salida del cortejo, dos hermanos que portaban unas sacas de lienzo blanco, recogían las normas en las puertas del templo. Esta gran organización no es propia de estos desfiles y nos hace ver el orden y la compostura del cortejo procesional. Los hermanos mayores organizaban la constitución del cortejo; para ello, acompañados de un alcaide, se despejaba el paso por las calles del recorrido; otro alcaide llevaba el orden de la procesión y cuidar de los celadores, que llevaban a su cargo veinticuatro nazarenos cada uno. Entre los hermanos, como era costumbre en aquellos tiempos, existían los de "sangre" y los de "luz". Todos portaban vestimenta prieta, de color, con los escudos, escapulario, cordones y demás atributos, a semejanza de la vestimenta de la comunidad de Mínimos. Casi todos los componentes iban descalzos o con unas sencillas alpargatas.
Por la íntima línea de funcionamiento con la Comunidad de Mínimos, éstos realizaban estación penitencial con la Cofradía. La salida procesional se comenzaba al mediodía (sobre las tres de la tarde) y se terminaba a la medianoche. En sus actos, los hermanos disciplinantes realizaban sus prácticas y los de luz, ayudados por los frailes, curaban sus heridas. Para tal fin, los frailes preparaban lavatorios en varias vasijas, compuestos por vinos cocidos y plantas curativas que se depositaban en una mesa de piedra bajo la presencia de un Crucificado, alumbrado por dos luces. En estos primeros actos procesionales se llevaba un paso con los símbolos del Descendimiento, es decir, la Cruz con los sudarios, y a los pies de ella la imagen de la Soledad con una corona de espinas en las manos.
La Virgen ha realizado, aparte de sus salidas procesionales, otras en tiempo de agobio; muestra de ello es la realizada en el año 1734, con el carácter de rogativa por el cese de las grandes sequías que sufrían nuestras tierras. La salida se realizó en la tarde del Viernes de Dolores del mencionado año, con la asistencia de muchos devotos y gentes dedicadas a las labores propias del campo.
La hermandad de la Soledad fue una de las suprimidas en el decreto de 1771 alegando que no estaba legalizada por el Consejo de Castilla. Como las demás hermandades, también ésta interpuso ante el Consejo su apelación rogando que se le legalizaran los estatutos. Mientras se sustanciaba la apelación, la disuelta hermandad se acogió a la licencia de seguir dando culto a su Virgen titular y sacarla en procesión el Viernes Santo, lo cual se documenta al menos en 1777. Sin embargo, cuando llegamos al decreto del mismo Vicario en 1789 ordenando las fechas y horas en que van a salir las distintas procesiones de Semana Santa, echamos de menos el nombre de la Soledad, lo que indica que al menos aquel año no salía.
Una noticia importante en este tiempo es el cambio de la imagen de la Virgen titular efectuado en 1804. La iniciativa fue del mayordomo, entiéndase judicial, que gestionaba los bienes e intereses de la extinta cofradía y que se llamaba José García Moreno y era clérigo diácono, con domicilio en calle Ponce. El motivo fue el ver que la tradicional imagen de la Soledad estaba ya en alguna decadencia, y quería sustituirla por otra nueva. Sin duda quería que la imagen de la Virgen titular respondiera a los cánones clásicos, entonces otra vez puestos de moda por el neoclasicismo imperante, convertido por Carlos III en ley.
Como no se podían celebrar cabildos ni otros actos propios de cofradía, ya que la cofradía estaba extinguida, el acuerdo tenía que ser fundamentalmente entre el mayordomo y los religiosos mínimos, que tendrían que acceder a que en su iglesia se hiciera esta sustitución. Y con toda lógica no era a la hermandad inexistente a quien podía regalarse la imagen sino al convento. Así se celebró el contrato entre el donante y la comunidad de religiosos mínimos el día 9 de enero de 1804 ante el escribano Juan Moniel de Cuenca. Junto con la imagen se donaba también un manto y túnica de terciopelo bordado en oro. La donación se hizo en 1804 pero la imagen estaba hecha desde 1800, como consta por una inscripción que hay en la propia imagen, y esto se debió a que, hecha la imagen, hubo que esperar a terminar el bordado de la ropa antes de proceder a su donación.
Posteriormente, como todas las instituciones de la ciudad sufre las crueles consecuencias de la invasión francesa, en el año 1810. Por su parte, la exclaustración general de las Ordenes Religiosas, mandada por el Gobierno español, en 1835, provocó la caída parcial de la Hermandad. Así, como los demás religiosos de la ciudad, los Mínimos fueron obligados a salir de su convento de la Victoria el día 20 de Agosto de 1935, pero algunos religiosos perseveraron en Jerez, comandados por un religioso mínimo llamado Fray José de Padilla, que se hicieron cargo de la capellanía de la que había sido su iglesia, y esta presencia de los ex Mínimos contribuiría sin duda al mantenimiento de la devoción a la Soledad. Sin embargo, anteriormente ese mismo año de la exclaustración, concretamente el día 2 de mayo de 1835, se consiguió aprobar unas nuevas Reglas, tras una pequeña reorganización.
En 1841 los bienes de la extinta hermandad de la Soledad fueron definitivamente incautados por la Estado mediante desamortización.
Según información del periódico El Guadalete, el 6 de abril de 1852, sabemos que para ese año estaba señalada la salida de la Soledad el Viernes Santo a las 5 de la tarde, cerrando la Semana Santa, como era lo habitual. E igualmente sabemos que la procesión salió el año 1853, según nos informa la misma prensa. No estaba, pues del todo desorganizado el grupo encargado del culto y devoción a la Virgen de la Soledad.
Con la revolución de 1868 se cierra al culto la Iglesia de la Victoria y las imágenes la Virgen de la Soledad y San Francisco de Paula, privadamente, fueron llevadas a la vecina parroquia de Santiago. La Virgen ya llevaba para entonces muchos años sin salir en procesión durante la Semana Santa. Luego de su salida de 1853 no se ha localizado otra en las décadas 50 y 60 del siglo XIX. Incluso hay varios detalles indicativos de que el grupo devocional que en 1804 se seguía llamando la Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, estaba totalmente disuelto. Sin embargo, aunque el grupo estuviese disuelto no se extinguió la devoción a la Virgen y a San Francisco de Paula. Así en Santiago se le siguieron haciendo a la Virgen sus cultos.
Instalado en el trono Amadeo de Saboya se le devolvió a la Iglesia la licencia para reabrir sus templos cerrados. Así la reapertura de la Victoria se efectuó el domingo 1 de septiembre de 1872 y se anunciaba: "A las seis de la tarde la venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Piedad y Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, en unión con el capellán de la Victoria, harán procesionalmente la traslación de las sagradas imágenes de Nuestra Señora de la Soledad y San Francisco de Paula, precedidas del paso de la Santa Cruz, a la mencionada Iglesia de la Victoria, con asistencia de la Cruz Parroquial y venerable clero de Santiago, donde dichas sagradas imágenes se hallan depositadas". A continuación se nos detalla el recorrido de la procesión: Plaza del Arenalejo, Oliva, Plaza de San Juan, Francos, Tornería, Puerta de Sevilla, iglesia de Santo Domingo, Por-vera, a su Iglesia. Así la Virgen recorrió de nuevo las calles de Jerez, fuera del tiempo de la Semana Santa, pero no menos acompañada del fervor de los fieles devotos. El paso de la Santa Cruz que menciona sería sin duda el que acostumbraba a salir en la procesión de la Soledad.
Al año siguiente, 1873, con la proclamación de la I República, no fueron especialmente favorables a la salida de procesiones. Pero sí al año siguiente cuando, tras el golpe de estado del General Pavía, se produjo una situación diferente. Así, el diario El Guadalete del día 1 de abril de 1874 el Viernes Santo se anuncia la salida procesional de la Virgen de la Soledad desde su Iglesia de la Victoria entre las cuatro y media y las cinco de la tarde. Y al año siguiente, en 1875 el periódico El Guadalete nos informa de que la procesión de penitencia (no dice hermandad) de Nuestra Señora de la Soledad, "saldrá de la Iglesia de la Victoria y en la plaza de Santiago se incorporará al Santo Entierro hasta que a su regreso entre la procesión en la Iglesia de la Victoria".
Nos parece evidente el apoyo y la intervención de la Hermandad del Santo Entierro en estas salidas de la Virgen de la Soledad, quizás con la intención de que así como la propia Hermandad había logrado su legalización en 1871, también pudiera lograrse la de la Soledad, para lo cual era necesario que hubiera un grupo con voluntad de constituirse en Hermandad y reorganizar la extinta cofradía. Este propósito no se logró por entonces.
En 1893 se hizo cargo de la dirección del templo Manuel Pérez Pérez, canónigo por aquel entonces de la Real e Insigne Iglesia Colegial. Como consecuencia, asume también la espiritualidad de la Hermandad. Dedicó un especial interés por ella y consiguió después de una adecuada reorganización, la aprobación de sus nuevos Estatutos por el Cardenal Arzobispo de la Diócesis, Doctor Sáenz y Flores, el día 2 de marzo de 1895, consiguiendo el título de Pontificia, que otorgó la sede del Papado en Roma.
A diferencia de otras hermandades como el Prendimiento y las Penas, no seria la clase aristocrática sino los dueños de comercio - como sucederá con la Coronación de Espinas - los que reorganizan la Hermandad.
El Viernes Santo 12 de abril de 1895, se reanudó el desfile procesional, que recorrió la Por-vera, Larga, Lancería, Alfonso XII, Consistorio, Escribanos, Princesa, Cruces, Iglesia Colegial, entrando por Encarnación y saliendo por Visitación, Cruces bajas, Duque de Tetuán, San Fernando, Peones, Carpintería Baja, Carmen, Sedería, Francos, Plaza de San Juan, Oliva, Plaza de Santiago, Ancha y recogida en su templo. La procesión discurrió normalmente pero la primera salida se vio algo deslucida porque hizo mucho viento y todas las velas fueron apagadas. Al volver la procesión a la Victoria, desde el balcón de la casa de enfrente, el padre Pérez y Pérez pronunció un fervorín apasionado, que luego dio a la imprenta y en el que plasmó todo su entusiasmo y devoción por la Virgen.
En 1896 consta que hizo procesión el Viernes Santo, 3 de abril. Al año siguiente también cerrando las procesiones de Semana Santa. Por aquel entonces, cuando se restaura la Hermandad, no se tiene como norma la teoría de que la Hermandad mas moderna debe ir en primer lugar sino que se vuelve a vieja tradición jerezana de que sea la Soledad la que cierre, una vez enterrado el Señor, el ciclo procesional de la Semana Santa.
La siguiente constancia es de 1901, año en que se celebró un solemne Septenario, el Viernes Santo de ese año, 5 de abril, la Hermandad efectúa estación penitencial pero obtiene dispensa del Arzobispo para dejar de hacer estación en la Colegial. El itinerario fue: Por-vera, Larga, Esteve, Cánovas del Castillo, Alfonso XII, Consistorio, Yerba, Misericordia, Plateros, Francos, Plaza de San Juan, Oliva, Santiago, Merced, Santiago, Juan de Torres, Lealas, a su Iglesia. Salía a las seis de la tarde.
El Septenario de 1902 fue predicado por tres sacerdotes. La Hermandad envió una representación a la función final del Triduo de la Hermandad del Desconsuelo. La prensa decía que el Jueves y Viernes Santo se abriría la Victoria a las 10 de la mañana para que los fieles visitasen a la Virgen. Procesionó ese año con el siguiente itinerario: Por-vera, Larga, Lancería, Consistorio, San Dionisio, Escribanos, Luis Díez, Santa Isabel, I.I.Colegial, Encarnación, Domecq, Cruces, Luis Díez, Escribanos, San Dionisio, Yerba, Misericordia, Plateros, Francos, Plaza de San Juan, Chancillería, Por-vera, a su iglesia. Salió a las cinco de la tarde.
El domingo, 25 de enero de 1903, la prensa informaba de la adquisición por la hermandad de una imagen de María Magdalena, construida en Barcelona, y que a partir de ese año se añade al cortejo de la Virgen de la Soledad (que hasta entonces lo hacía sola), el de dicha María Magdalena en el Monte Calvario con la Cruz y los Sudarios (que representaba la nuevo paso). La imagen de la Magdalena tenía una cabellera natural y entre sus manos llevaba una corona de espinas. Este paso fue suprimido con el transcurso de los años.
Ese año de 1903 se celebra el Septenario "a la imagen de su advocación y a Santa María Magdalena al pié de la Cruz, en cumplimiento de sus estatutos". El Septenario lo predicó el Capellán de la Hermandad.
En abril finalizó la restauración de la Iglesia de la Victoria y la hermandad saldrá en procesión ese año a las seis y media de la tarde. Este año el itinerario fue: Sagasta, Larga, Lancería, Alfonso XII, Consistorio, Yerba, Misericordia, Plateros, Francos, Ángeles, Ancha, a su Iglesia. Según la prensa sopló fuerte viento aquella tarde del Viernes Santo.
A finales de mayo de ese año, la Hermandad efectuó una kermesse para recaudar fondos, que tuvo una buena acogida.
En 1904 se confeccionan sesenta túnicas moradas con vistas blancas que iban con el paso de la Magdalena. Se volvió a solicitar al Ayuntamiento subvención y permiso para sacar en procesión a las imágenes (lo pidieron ésta, el Santo Entierro y la Coronación). El permiso se concedió. Se mantiene el itinerario y sale a las cinco de la tarde.
Con el mismo itinerario en 1905 sale a las seis y media. Al año siguiente sale a las seis, para volver a las seis y media en 1907. Antes de recogerse habrá Sermón de Soledad pronunciado por D. Manuel Pérez y Pérez. En 1908 el prelado D.Enrique Almaraz estuvo de visita en Jerez y cuando fue a la Victoria concedió indulgencias a la imagen de la Virgen.
En el año 1909 en el recorrido de vuelta toma por Francos, Chancillería, Sagasta, a su templo, lo que se repetirá en 1910. Se especifica que el Sermón se daba desde un balcón de una casa fronteriza con el paso de la Virgen parado ante la puerta de su templo. A finales de la década de los diez, concretamente en 1918, la muerte de D. Manuel Pérez y Pérez supuso cierto decaimiento en la Hermandad.
En 1916, por unas reparaciones en su templo, la Soledad y la imagen del Señor de los Trabajos han de ser llevadas a la Parroquia de Santiago, desde donde salió en procesión ese año. A finales de ese año vuelve a su templo de la Victoria, volviéndolo de nuevo a Santiago en el período comprendido entre 1920 y 1923, hasta el año 1924, en que en la noche del día 7 de septiembre, terminadas las obras del templo-sede, fueron trasladadas las imágenes en solemne procesión.
En 1919 un importante grupo de cofrades de la Soledad y otras hermandades intentaron fundar la Cofradía del Señor de los Trabajos. Entre los destacados se pueden citar a D.Agustin Sáenz, D.Francisco Álvarez Beigbeder y D.José Incierte. A esta imagen se le hizo un Triduo en Santiago y el Jueves Santo, 17 de abril del año 1919, salió en procesión la imagen del Señor de los Trabajos, (que se encuentra ubicada la Iglesia de la Victoria), a las 8 de la tarde desde Santiago, recorriendo: Angostillo, Merced, Santiago, Oliva, San Juan, Francos, Tornería, Alameda Cristina, Por-vera y recogiéndose en la Iglesia de la Victoria. Por problemas económicos y de autorización eclesiástica, la voluntad de organizar una cofradía en torno a la imagen no se hizo realidad.
El canónigo de la Colegial, Sebastián Jiménez Barba, fue nombrado también capellán de la Iglesia de la Victoria, y da un notable impulso a la Hermandad, que en los años cercanos a 1920 estaba en una gran decadencia. Este canónigo consiguió del Papa Benedicto XV la bendición apostólica para todos los hermanos, así como la indulgencia plenaria en el artículo de muerte. En la Iglesia, propiedad de la Hermandad, también se conserva una especie de retablo o tríptico, con molduras y antiguo pergamino, donde se hace constar antiguas indulgencias que concedieron los papas Clemente VIII, León X y Pío IV a primitivas iglesias y hospitales.
Hace algún tiempo la Virgen de la Soledad salía por la puerta frontal del templo de la Victoria y caminando por la calle Ponce se dirigía por Guadalete hacia la Alameda Cristina, donde la esperaba la Hermandad en pleno de Jesús Nazareno y, haciendo intercambio de insignias como acto de hermanamiento, ofrecían a la Virgen coronas de flores que se le colocaban en los remates de los varales.
En 1925 en la procesión del Viernes Santo, al pasar la Virgen en su paso de palio, con manto negro isabelino sin bordar y saya blanca bordada en oro, se encontraba en la Alameda de Cristina con la procesión del Santísimo Cristo de la Expiración, que también solía llevar coronas de flores sobre el paso del Señor entre el salpicado de tulipas, e incluso sobre los brazos de la Cruz, y sobre los varales de la Virgen morena del Valle.
Era muy emocionante este encuentro pues ambas cofradías se situaban una frente a otra y se saludaban los pasos e intercambiaban coronas, algunas de las cuales dejaban al Señor de la Puerta Real en su humilladero. En estos encuentros solía oírse el lamento de la Trompeta Saetera que anunciaba el paso del Santísimo Cristo de la Expiración.
Por entonces iban vestidos los nazarenos de la Soledad con túnica negra con botonadura y remate púrpura, capuz negro, capa negra con escudo bordado en blanco con el anagrama de la Virgen y esclavina púrpura azulado. A la vuelta hacia su templo, acompañaban a esta Hermandad infinidad de devotos, poniéndose la calle Porvera completamente abarrotada de público mientras que de cada árbol de la calle pendían encendidas decenas de bengalas multicolores.
Al año siguiente en ese mismo encuentro, el hermano mayor de la Soledad y el del Cristo, D. Dionisio García Pelayo y D. Fernando Fernández Gao, respectivamente, se intercambiaron las insignias. Estos encuentros eran muy recordados por los jerezanos que los vivieron, y se volvió a repetir en 1980 cuando el Cristo de la Expiración se vuelve a encontrar ese año de manera excepcional con la Virgen de la Soledad (ese año no salió el Misterio del Descendimiento) en la plaza del Arenal al regreso de ambas corporaciones.
Durante la época republicana, la Hermandad tuvo como principal acto de culto la Adoración al Monumento de la Colegial el Viernes Santo de siete a nueve de la mañana. Solo salió en procesión el Viernes Santo de 1935.
La estética del paso de la Virgen de la Soledad cambió bastante en los primeros treinta años del siglo. La Hermandad da comienzo al siglo XX con un paso de palio de corte primitivo: ocho varales, palio de cajón liso o con muy pocos bordados, faldones sin respiraderos y una canastilla pintada con molduras; muy pocas velas y una decoración floral a base de coronas fúnebres (así a esta Dolorosa se la conocía popularmente como "la Virgen de las coronas"). En los años 20, el número de varales aumenta primero a diez, y, posteriormente, a doce; el palio era de malla bordada (un nuevo estilo importado de Sevilla, de hecho el palio se parece muchísimo al de la Candelaria de Sevilla, de la misma época), un techo de palio (que aún conserva la Hermandad), negro, bordado por las Carmelitas de la Caridad de Jerez, una canastilla dorada, barroca, con cartelas y ángeles; los faldones con respiraderos calados, y se mantienen las coronas como decoración floral. Posteriormente se suprime este bello y personal canasto, y se añaden unos respiraderos plateados que hoy se conservan el paso de palio de la Hermandad de Santa Marta. La Hermandad aun tiene el manto corto negro bordado en oro que llevaba en aquellos primitivos pasos. Con todo, cuando se realizó el azulejo de la fachada de la Victoria, a la Virgen de la Soledad se la vistió con un manto de corte, quizás de los primeros años del siglo XIX, de la Hermandad del Desconsuelo. En los años cuarenta el paso de palio adquiere la estética de hoy. Las caídas de malla las hicieron las Carmelitas en 1946 (posteriormente, en 1994, Rosario Bernardino Díaz hizo una copia exacta de éstas, con las que actualmente procesiona), según bocetos de Enrique Hernández, al igual que los respiraderos bordados, de 1954, y en ese mismo año, el 7 de abril, el Cardenal Segura bendice la corona de Emilio Landa. El techo de terciopelo amatista bordado en oro y seda en 1954 por Esperanza Elena Caro. La orfebrería es del jerezano Manuel Rodríguez y de Cayetano de la Calle. El manto es de 1947, de los talleres de Caro, y la toca sobremanto, de 1945.
El imaginero de San Roque, Luis Ortega Brú talló en los talleres de arte Granda S.A., de Madrid, entre 1950 y 1957, el misterio del Descendimiento, que será el paso de misterio de la Hermandad. El paso estaba completamente acabado en 1958 y fue obra de Luis Jiménez Espinosa y Manuel Guzmán Bejarano. La primera salida se produjo en 1959. Con todo, en 1957 y 1958, la prensa anunció que la Soledad saldría con dos pasos. La más primitiva iluminación del paso era unos grandiosos faroles que fueron sustituidos por unos candelabros de cola. Desde la primera salida procesional del paso de misterio se han tejido en torno al mismo "historias" más o menos reales. Lo cierto es que el enorme peso y altura, y la necesidad de encontrar costaleros para portar el paso eran dificultades con las que se encontraba la Hermandad. También lo trabajoso de la salida por la pequeña puerta principal propició la realización en el muro lateral del templo de una nueva puerta mas amplia, así, haciendo también referencia a la restauración de la sede, el 26 de abril de 1976, tras dos años de obras, la Iglesia quedó reducida a la mitad y se arreglaron las bóvedas. En este sentido, el Cardenal Bueno Monreal cedió la capilla en usufructo a la Hermandad mientras existiese, siendo la Mitra la propietaria. Además, no han sido pocas las ocasiones en las que el paso no ha hecho procesión y por distintas causas: por las obras en el templo y salida desde el Asilo de San José, por ejemplo. En 1980 sólo salió el paso de palio, como consecuencia de las inundaciones de septiembre de 1979 en las que el dorado de la canastilla y los vestidos de las imágenes sufrieron graves daños.
Cuando se implanta la Unión de Hermandades y estructura la carrera oficial, el itinerario de la Hermandad era el siguiente: Marqués de Casa Arizón, José Antonio Primo de Rivera, Rotonda, Carrera Oficial, Encarnación, Hortas Cáliz, Manuel María González, Plaza Monti, Plaza Reyes Católicos, General Franco, Esteve, Santa María, Cerrón, Marqués de Mochales, José Antonio Primo de Rivera y Marqués de Casa Arizón. Salía a las 20,30, llegaba a la Rotonda a las 21,00 ó 21,25 y se recogía a las 1,30. Hacía estación o por delante del Cristo de la Expiración (hasta 1944) o entre el mismo y el Santo Entierro (desde 1945). En los cincuenta y sesenta adelanta 15 minutos su salida y desde 1957 cerraba los desfiles procesionales del Viernes Santo hasta 1983, pues en el 1984, la Piedad vuelve al último lugar del Viernes.
El 6 de junio de 1956, se recibe en la Iglesia de la Victoria la talla de la Virgen de la Misericordia, titular de la Hermandad del Transporte, fue vestida con las ropas de la Virgen de la Soledad y el 10 de junio de dicho año salió en procesión dicha talla en el paso de la Soledad.
Desde finales de los años cincuenta a principios de los ochenta compartió la sede con la Hermandad de la Buena Muerte.
Desde 1989, la hermandad convoca el certamen de carteles "Hermandad de la Soledad en la calle", en la que se recoge un momento de la procesión del Viernes Santo y esa diapositiva ganadora se convierte en cartel de la Hermandad para la Semana Santa. Memorable fue también el momento que recoge el cartel oficial de la Semana Santa de Jerez de la Unión de Hermandades del año 1977, con fotografía de Diego Romero Fabiere, en la que se ve el paso de palio enmarcado en árboles.
En octubre del año 2009 se celebró el cincuentenario de la primera salida procesional del paso del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor, con salida procesional extraordinaria desde la Catedral hasta la Iglesia de la Victoria con el paso de Misterio.
En la Semana Santa de 2011 no realizó estación de penitencia debido a las condiciones climatológicas. En octubre de 2014, la hermandad celebró su 450 aniversario fundacional, otorgándole el Consistorio Jerezano la medalla de oro de la ciudad de Jerez
Observaciones:
Las calles Guadalete, Tornería, Porvera... son lugares para disfrutar de la visión del paso de palio. Hay quien prefiere ver al capataz del paso de Misterio sortear los mil inconvenientes que presenta, por sus dimensiones, el primer paso de esta cofradía. La salida de la Catedral y el paso por la calle Torneria del misterio del Sagrado Descendimiento es increíble, ya que sus dimensiones son máximas, tanto a lo ancho como a lo alto, ajustándose al límite de dichas calles. La recogida por la Porvera es una cita obligada.
La Cofradía ha recuperado en los últimos años el hermanamiento con otras Cofradías. Son la Buena Muerte, el Transporte y un hermano del Cristo de la Expiración que se les une sólo en la Carrera Oficial, concretamente de la Rotonda a la Catedral. La Virgen de la Soledad porta un clavo de Cristo en sus manos.
Cultos:
Los cultos semanales se centran en torno a la Corona Dolorosa y Salve los viernes, misas los sábados, domingos, festivos y vísperas de fiestas; convivencias mensuales, excursiones, conferencias y proyecciones audiovisuales, ciclos culturales para los hermanos jóvenes, la edición del periódico de la Hermandad, titulado La Victoria; Quinario la segunda semana de Cuaresma, Besapiés al Cristo del Sagrado Descendimiento el cuarto domingo de Cuaresma y Besamanos a Nuestra Señora de la Soledad el Domingo de Pasión; Triduo y Besapiés al Señor de los Trabajos en la primera semana de Cuaresma, con una procesión de dicha imagen por las calles de la feligresía al final del triduo; Novena a los difuntos en noviembre, y Triduo a la Virgen de la Soledad en torno al 15 de septiembre.
Dirección:
Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad
Calle Porvera, S/N
Jerez de la Frontera (Cádiz)
Teléfono: 956.340.489
Hermano Mayor:
Álvaro de la Calle Cánovas.
Vestidor de las Imágenes:
José Fernando Barea Fernández. Anteriormente lo hacía, Mariano Ramírez García, q.e.p.d.
Diputado Mayor de Gobierno:
Juan Luis Zambrano Suárez.
Mayordomo:
Jesús Sánchez Lineros.
Junta de Gobierno:
La Hermandad de la Soledad celebró el viernes día 22 de julio de 2011, a las nueve de la noche en la Iglesia de la Victoria, el acto de Toma de Posesión de la actual Junta de Gobierno de la Cofradía. Dicha Junta estará encabezada por Álvaro de la Calle Cánovas, reelegido días atrás como Hermano Mayor tras la celebración del Cabildo de Elecciones.
Capataces 2009 a 2013:
El paso de Misterio lo comanda Jesús Sánchez Lineros. El paso de Palio es dirigido por Martín Gómez Moreno.
Costaleros:
Llevan el paso del Sagrado Descendimiento 48 costaleros del paso de Misterio. 30 costaleros portan el paso de Palio.
Exorno floral de los pasos:
Alternan los claveles rojos y el tradicional iris morado para el paso de Misterio y claveles y orquídeas blancos para el paso de la Virgen de la Soledad.
Acompañamiento Musical 2013 y 2014:
Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo del Amor y de la Caridad, del Puerto de Santa María y Jerez, y la Banda de Música de la Hermandad del Nazareno de Rota (Cádiz).
Acompañamiento Musical 2009 a 2012:
Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Caridad (Santa Marta), de Jerez, y la Banda de Música de la Hermandad del Nazareno de Rota (Cádiz).
Estrenos 2014:
Simpecado, realizado por Jesús Rosado Borja.
Estrenos 2013:
No tiene estrenos este año.
Estrenos 2012:
No tiene estrenos este año.
Estrenos 2011:
Restauración del Santísimo Cristo del Sagrado Descendimiento, por el Matrimonio Navarrete.
Estrenos 2010:
Restauración del techo de palio, por la Escuela Taller Azahares de Jerez , limpieza del dorado del Paso de Misterio por la Escuela Taller de Jerez, ya realizada para la salida procesional del Cincuentenario del mismo, y nueva Corona de la Virgen de las Tristezas, realizada por el sevillano Jesús Domínguez, igualmente estrenada en dicho día.
Estrenos 2009:
Actos del cincuentenario del Sagrado Descendimiento.
Estrenos 2008:
No tiene estrenos este año.
Estrenos 2007:
Restauración del conjunto escultórico del Paso de Misterio realizada por el matrimonio Navarrete. Nueva vestimenta del grupo escultórico, según el protocolo eclesiástico. Restauración de los faroles que acompañan a la Cruz de Guía, insignias, además de ánforas y candelabros de cola del paso de palio. Restauración de la saya de salida de la Virgen de la Soledad.
Estrenos 2006:
Estrenos 2005:
Nuevo llamador para el paso del Sagrado Descendimiento diseñado por Miguel Ángel Segura y restauración del Senatus por Antonio García Falla. Saldrá de la Catedral y evitará la Plaza Arenal pasando por la calle Pozuelo y Latorre, recogiéndose un cuarto de hora antes.
Estrenos 2004:
Prosigue la restauración del Paso de Misterio.
Estrenos 2003:
Estandarte de la Hermandad, obra de Ildefonso Jiménez con asta repujada por Antonio García Falla. Prosigue la restauración del Paso de Misterio.
Estrenos 2002:
Restauración del manto de la Virgen de la Soledad a cargo de Rosario Bernardino Díaz, de Sevilla.
Estrenos 2001:
Por primera vez salió el Estandarte de San Francisco de Paula, perteneciente a las Mínimas.
Estrenos 2000:
No tiene estrenos este año.
Horario 2010:
Salida del Templo: 19,30
Palquillo Alameda Cristina Cruz: 20,50
Palquillo Alameda Cristina Ultimo paso: 21,20
Plaza Arenal Cruz: 21,50
Plaza Arenal Ultimo paso: 22,20
Catedral Cruz: 22,25
Catedral Último paso: 22,55
Fuera Catedral Cruz: 22,35
Fuera Catedral Ultimo paso: 23,05
Entrada Cruz: 01,20
Entrada Último paso: 01,50
Horario 2011:
Salida del Templo: 19,30
Palquillo Alameda Cristina Cruz: 20,50
Palquillo Alameda Cristina Ultimo paso: 21,20
Plaza Arenal Cruz: 21,50
Plaza Arenal Ultimo paso: 22,20
Catedral Cruz: 22,30
Catedral Último paso: 23,00
Fuera Catedral Cruz: 22,40
Fuera Catedral Ultimo paso: 23,10
Entrada Cruz: 01,20
Entrada Último paso: 01,50
Itinerarios 2010 y 2011:
Ponce, Guadalete, Mamelón, Sevilla, Palquillo, CARRERA OFICIAL, Aire, Visitación, Santa Isabel, José Luis Diez (lado derecho), Plaza Asunción, Chapinería, Sedería, Plaza Plateros, Plaza Santo Ángel, Tornería, Plaza Rafael Rivero, Puerta de Sevilla, Porvera, Ponce.
Horario 2012:
Salida del Templo: 19,40
Palquillo Alameda Cristina Cruz: 20,50
Palquillo Alameda Cristina Ultimo paso: 21,20
Plaza Arenal Cruz: 21,50
Plaza Arenal Ultimo paso: 22,20
Catedral Cruz: 22,30
Catedral Último paso: 23,00
Fuera Catedral Cruz: 22,40
Fuera Catedral Ultimo paso: 23,10
Entrada Cruz: 01,10
Entrada Último paso: 01,40
Itinerario 2012:
Ponce, Guadalete, Mamelón, Sevilla, Palquillo, CARRERA OFICIAL, Aire, Visitación, Santa Isabel, José Luis Diez (lado derecho), Plaza Asunción, Chapinería, Sedería, Plaza Plateros, Plaza Santo Ángel, Tornería, Plaza Rafael Rivero, Puerta de Sevilla, Porvera, Ponce.
NOTA: Mismo itinerario que el del año 2011.
Horario 2013:
Salida del Templo: 19,30
Palquillo Alameda Cristina Cruz: 20,50
Palquillo Alameda Cristina Ultimo paso: 21,20
Plaza Asunción Cruz: 22,00
Plaza Asunción Ultimo paso: 22,30
Catedral Cruz: 22,30
Catedral Último paso: 23,00
Fuera Catedral Cruz: 22,40
Fuera Catedral Ultimo paso: 23,10
Entrada Cruz: 01,00
Entrada Último paso: 01,30
Itinerario 2013:
Ponce, Guadalete, Mamelón, Eguiluz, Plaza Aladro, Palacio Domecq, Palquillo, CARRERA OFICIAL, Encarnación, Reducto Cardenal Bueno Monreal, Cruces, Plaza Domecq (lado derecho), José Luis Díez, Plaza Asunción, Chapinería, Sedería, Plaza Plateros, Plaza Santo Ángel, Tornería, Plaza Rafael Rivero, Puerta de Sevilla, Porvera, Ponce.
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